Por Carlos Domingo.
La última edición de la reunión del club de clientes de ideas4all ha supuesto una oportunidad para poner sobre la mesa ideas acerca de la transformación digital e innovación ante los representantes de distintas industrias.
La variedad de sectores presentes en el encuentro pone de manifiesto dos realidades: que la transición a lo digital afecta a todas las áreas económicas y que todas ellas pueden servirse de una serie de patrones comunes para amoldar a ella sus negocios.
Nos encontramos ante una revolución, la digital, con efectos comparables a los sufridos por la humanidad con la revolución industrial. Quizá no seamos conscientes de ello hasta dentro de 10 ó 15 años, cuando veamos cómo sus cambios afectarán a la vida diaria de las personas.
Si bien a día de hoy muchos de ellos ya se perciben, sea con la conexión continua a través de smartphones, auténticas computadoras miniaturizadas, e incluso de objetos que ‘dialogan’ entre sí.
La revolución digital, como toda revolución, surge con la idea de asentarse y con una vocación transformadora que obligue a implementar cambios. No es un proceso reversible. Y en ese sentido las empresas deben entender que las disrupciones de los últimos años son imparables y que requieren de una readaptación que, de no producirse, nos dejará inevitablemente fuera del tablero de juego.
Asimismo, han de comprender que casi todo nuevo escenario va unido a la irrupción de nuevos actores. La nueva economía digital pondrán en disputa de hegemonía de muchas empresas en sus sectores, pero también podrá reforzarla si la empresa en cuestión sabe adaptarse al nuevo entorno.
En ese sentido, es importante destacar que la transformación digital supone tanto un peligro como una oportunidad. Todo dependerá de cómo sea afrontada por cada empresa, por cada sector.
Siempre suelo defender que este viaje a lo digital conlleva una transformación dual. Por ello, entre las claves a seguir está el no desatender las distintas partes que forman nuestro negocio.
El core o núcleo principal de nuestros ingresos, lo que nos da rentabilidad, debe saber adaptarse y aprovechar la tecnología para mejorar su eficiencia, simplificar procesos y reducir costes.
Asimismo, en paralelo, deberemos invertir en explorar las nuevas oportunidades de negocio que brinda lo digital, un reto apasionante del que dependerá el futuro de nuestro negocio.
En resumen, hay que desdoblarse, para aproximarse al futuro y a la vez mantener el presente, lo que en este momento nos hace viables. Y todo ello sin olvidar una premisa: si tú no lo haces lo hará tu rival.
Cuando una empresa emprende nuevas ideas de transformación hacia lo digital debe incluir en ella a todo su equipo
La dualidad descrita suele ser especialmente difícil de afrontar por las grandes empresas, con grandes estructuras, burocracia y silos de conocimiento estancos que dificultan innovar para crear nuevas formas de negocio.
Ante ello, cada vez más empresas ponen especial foco en la selección de talento, tanto interno como externo. A través de la incorporación de perfiles multidisciplinares, con capacidades creativas e innovadoras, o abriéndose a la colaboración con partners, generalmente startups con gran especialización en campos concretos. La consultoría de innovación, el cloud computing, el big data o el internet de la cosas son algunos de ellos.
Sea a nivel interno o externo, es vital que la organización sepa rodearse de las personas adecuadas para acometer todos estos cambios. En un tiempo en el que, por primera vez, el empleado tiene mejores herramientas informáticas en su casa que en el trabajo se ha de crear un ambiente laboral tecnificado y amigable, que fomente la transmisión de conocimiento y la innovación para ser competitivos.
En ese sentido, las plataformas de open innovation crean un marco idóneo para el trabajo colaborativo y de cara a que las ideas que pueden materializarse en innovaciones. También son una poderosa herramienta para que las organizaciones encuentren a los mejores perfiles que tienen en casa (o fuera de ella) y fomenten el engagement de sus empleados, gracias al sentido de pertenencia.
Y es que al final este viaje a lo digital es una labor de equipo. Por eso, es básico que desde la alta dirección se incluya a todos los trabajadores en el proceso. No cabe duda de que nuestra empresa será más fuerte si todos sus miembros adquieren las mismas destrezas y de que el conocimiento de la organización será mayor si es compartido.
Carlos Domingo es Senior Executive Officer of New Business and Innovation en du.