A la hora de desarrollar un nuevo producto, ¿cómo podemos saber si se acopla a las necesidades de los consumidores?¿cumplirá además con sus expectativas?. Despegar estas incertidumbres es posible cuando los propios clientes participan del desarrollo de un producto.
A estas preguntas clásicas intenta responder el MIT Sloan Management Review en una de sus 12 visiones principales (la número 5) sobre la innovación.
En ella llama a concebir productos escudriñando primero al mercado y a los potenciales clientes que van a consumirlo en vez de iniciar el proceso a nivel interno, con la visión de la propia compañía.
Ya a finales de los 70 el propio MIT apuntaba esta tendencia y criticaba cómo muchas compañías desperdician o infravaloran la información que pueden brindarles el mercado y los consumidores.
Y junto a ella, sus ideas.
Afirma ya por entonces el MIT: “la mayoría de los productos que se comercializan como nuevos han sido antes ideados y en cierto sentido prototipados por grupos de usuarios”.
¿Y si el 40% de consumidores dijesen preferir botellas de tapón amarillo?
El apunte va de la mano de varias ventajas competitivas, como el reducir el riesgo de fracaso en el lanzamiento de productos, ya que nacen validados por grandes grupos de consumidores, o el utilizar esa información de base para su desarrollo; lo que conlleva el consumo de menos recursos o más agilidad en su desarrollo
En ese sentido, las tesis del MIT preceden en gran manera a los modelos de innovación abierta al afirmar que “los usuarios están deseando aportar sus ideas innovadoras e información a las marcas“.
Un modelo de desarrollo de producto que implica a los clientes, o incluso al conjunto de los consumidores, que hoy hace posible la tecnología a bajo coste, mediante la suma de aportaciones de un gran número de usuarios.
Y una nueva manera de concebir la innovación que requiere cambios en las empresas. De vuelta a los 70, el artículo citado concluye: “El gran reto reside en las propias organizaciones, en convencer a su gente del beneficio de contar con información e ideas que provienen de fuera”.
Décadas después, la tecnología facilita esta tarea.
Conoce cómo podemos ayudarte innovar en tu organización.
Nuestro software de innovación consigue implicar a tus clientes en el desarrollo de tu próximo producto de éxito.
Múltiples gafas en una fruto de la inteligencia colectiva.
Smart Tonic es una de las apuestas recientes de innovación en producto del grupo óptico Alain Afflelou. Se trata de una misma gafa que admite distintas monturas intercambiables, brindando éstas al consumidor la oportunidad de estrenar distintos diseños con la misma gafa. Esta innovadora idea ha nacido de la colaboración de la marca con sus consumidores a través de la comunidad ideas4afflelou, donde éstos últimos pueden compartir sus ideas para nuevos productos o mejorar los existentes [descarga aquí el case study de ideas4afflelou].
Contenido relacionado:
La “teoría de los dólares sociales”: cocrear con clientes es hasta un 19% más rentable.
Obsesiónate con tus clientes, no con tus competidores.
Crowdsourcing, el poder de las masas para generar productos universales.