El ser humano es social por naturaleza. La crisis del covid-19 ha puesto de manifiesto cómo necesitamos socializar con iguales, pero también la importancia de actuar en comunidad: la suma de actos individuales puede marcar las diferencias.
Llevada a los entornos profesionales, la pertenencia al grupo es también importante en un doble sentido:
a) como vínculo de los empleados con una organización, y entre ellos mismos.
b) como base de la acción coordinada de una organización para cumplir con sus objetivos, e innovar con las respuestas necesarias en tiempos de incertidumbre como estos.
Para actuar de forma colectiva se requieren, no obstante, códigos y motivaciones compartidas por el total de empleados.
Las comunidades digitales abiertas a la escucha de empleados y de sus ideas hacen que una organización multiplique su capacidad de innovación y respuesta a sus retos de futuro.
Además, en un momento de desconexión y trabajo en remoto a veces forzado, estas comunidades también actúan como el pegamento que une a la organización con sus empleados.
Y desde la perspectiva de estos, el desarrollo de programas de escucha dentro de dichas comunidades tiene mucho que decir en la propuesta de valor y retención del talento interno.
Visto así, ¿qué puede ofrecer una comunidad de innovación a los empleados?
- En primer lugar, participar de un propósito común (innovar) estratégico y diferencial para la organización en términos de mercado y/o competitividad.
- Asimismo, cimentan el sentimiento de ser parte de un grupo (principio de gregarismo). El ser humano ve reforzada su confianza y capacidades cuando se integra en un grupo de iguales con valores compartidos (en este caso, la colaboración, transparencia; beneficiosos para la organización…)
- Ser actores activos de algo que les interesa. Los empleados pueden participar de aquellos cambios en la organización que les afectan. Podemos destacar nuestro ejemplo con EY España, que se sirvió de una de nuestras comunidades de para incorporar ideas de sus empleados al diseño de sus nuevas oficinas de Madrid.
- Aprender, inspirarse, formarse: cada empleado puede crecer con las aportaciones de los demás en la comunidad, mejorar sus capacidades y, también, contribuir a las ideas compartidas por sus iguales (co-creación).
- Ganar engagement y motivación. Una comunidad de innovación pone en primera línea la escucha de empleados. Nuestra experiencia con Zurich Seguros España habla de un aumento de 34 puntos de eNPS en la organización a los pocos meses de implantar una comunidad de este tipo.
- Obtener visibilidad y reconocimiento. En estas comunidades las mejores ideas son gratificadas y los empleados adquieren visibilidad dentro de la organización, impactando en su plan de carrera.
- Brillar por meritocracia. En muchas organizaciones existe talento oculto sin oportunidades para manifestarse o, incluso, taponado por sus propios superiores; algo que se rompe con la escucha y la transparencia de las comunidades de este tipo.
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