Si existe una cultura corporativa que la propicia, es más sencillo que en una organización la innovación germine y otorgue frutos.
El cambio cultural hacia un estado mental colectivo favorable a la innovación puede parecer una tarea ardua, pues requiere tanto del cambio de valores y actuaciones corporativas como tocar la actitud (cuando no mejorar la aptitud) de cada trabajador.
A continuación definimos algunos rasgos comunes que comparten las organizaciones más innovadoras a la hora de impulsar su cambio cultural:
¿Es la tuya una de ellas? 😉
- En primer lugar, todos los empleados comprenden la importancia de la innovación. Y que innovar no es sólo transformar radicalmente un negocio. Puede hacerse mejorando servicios ya existentes -la llamada innovación incremental- y depurando pequeños procesos del día a día.
- Para ello suelen existir herramientas, generalmente digitales, donde los empleados pueden generar y trabajar de forma colaborativa sobre el desarrollo de nuevas ideas.
- Asimismo, hay una apuesta decidida de la dirección por la escucha e implicación del empleado en aquello que concierne a la innovación. Y esto se traslada en confianza y apertura a escuchar sus propuestas. También entre los mandos intermedios, que en ocasiones suponen un tapón para que sus subordinados innoven.
- Existe un equilibrio entre el riesgo y la estabilidad. Si bien no se castiga el error y se asumen riesgos, hay un reparto de recursos entre innovación en nuevo negocio, y la estabilidad y mejora continua del recurrente.
- Por contra, hay una voluntad de moverse rápido, aunque a veces se rompa algún plato. En ese sentido, se dispone de sistemas ágiles para detectar ideas e intraemprendedores, se testea-falla-aprende, o se movilizan los recursos y equipos que aceleran su llegada al mercado.
- La innovación sucede sobre aspectos estratégicos y reales del negocio. Aunque el proceso de innovar pueda requerir subir a las nubes, la motivación y objetivos que hay detrás se anclan siempre a la tierra.
- Existen mecanismos de recompensa, que incentivan la participación y estimulan la creatividad de los empleados. El uso de concursos de ideación o de gamificación en torno a la innovación ayudan a una mayor implicación de los trabajadores.
- Tan importante como elegir las cuestiones adecuadas e incentivar a los empleados a participar de la innovación es saber preguntar. Formular las preguntas correctas a los empleados abrirá la puerta a más respuestas y, sobre todo, a que tengan más foco. [📕Ebook gratuito: claves para impulsar retos de ideación en tu organización]
- Puede sonar obvio, pero hay un compromiso con la innovación, entendido como la implantación de ideas y nuevos proyectos, aunque sean pequeños quick wins con gran impacto. Esto también supone un poderoso mensaje de motivación para los empleados.
- Y, finalmente, la organización promueve la diversidad como una señal de riqueza. No sólo distintos perfiles y expertises internos colaboran entre sí, sino que la innovación puede abrirse también a otros grupos de interés, mediante comunidades de innovación donde co-crear con clientes, universidades, startups…
Y tu organización, ¿cuenta con una cultura que propicie la innovación?