La gestión de la pandemia de coronavirus se está revelando como una tarea gran complejidad. Las autoridades y demás líderes de decisión, tanto globales como a nivel local, se ven forzados a moverse en zonas de sombra e incertidumbre de cara a frenar la propagación y estragos del covid-19.
Su labor es imprescindible, como también lo es la actuación de cada individuo, fuera de las áreas de decisión y, sobre todo, a través de comportamientos colectivos.
Precisamente, el Foro Económico Mundial (WEF) ha aludido a la inteligencia colectiva como un recurso eficiente bajo el que enfrentar el coronavirus, sea a través de la actuación pasiva de grandes grupos de individuos (siguiendo pautas de las autoridades, como la necesidad de confinamiento) o con un rol más activo; como la colaboración en red con diversos fines, posible en estos tiempos de aislamiento global gracias a la tecnología.
Resaltando ese fin y con objeto de proveer de recursos e ideas que ayuden a combatir la pandemia, el evento más Cartagena ha decidido liberar y ofrecer en streaming la conferencia presentada por nuestra CEO, Pilar Roch, el pasado otoño en Cartagena de Indias, sobre las distintas aplicaciones de la inteligencia colectiva a través de canales digitales.
A ese respecto, el WEF resume cómo algunas de las aplicaciones de la inteligencia colectiva están apoyando la gestión de la crisis del coronavirus:
– Ayudar a predecir y modelar brotes.
Plataformas de monitoreo de salud utilizan AI y machine learning sobre información publicada en medios u ofrecida por aerolíneas para predecir el comportamiento de la pandemia, y la combina con el trabajo de epidemiólogos, construyendo un elemento de inteligencia colaborativa pasivo (datos de diversas fuentes) y activo (colaboración entre expertos).
– Ciencia ciudadana.
El ciudadano puede ser una fuente activa de información para monitorizar el avance de la pandemia. En 2018, un proyecto de la BBC captaba datos autorizados de usuarios de móviles, vía GPS, para estudiar sus movimientos diarios y hallar modelos de predicción ante una posible amenaza similar al coronavirus. Singapur está haciendo algo parecido para paliar los contagios intrapersonales entre sus ciudadanos.
-Social media y gamificación.
El contenido producido por millones de personas en las redes sociales está siendo utilizado por investigadores de Harvard para medir el progreso y la asistencia sobre la enfermedad, contando las menciones en redes a problemas respiratorios y fiebre. Por su parte, la Universidad de Washington ha desarrollado un videojuego abierto a investigadores y el público general donde hallar mecanismos que impidan la penetración del coronavirus en las células humanas.
-Datos abiertos y conocimiento compartido.
Iniciativas de código abierto compartido a disposición de la comunidad de investigación, como la impulsada por Just One Giant Lab o NextStrain, tratan de acelerar el prototipado de un test de coronavirus a bajo coste o de predecir patrones de transmisión de brotes entre afectados. Asimismo, la Organización Mundial de la Salud está creando una base de datos abierta con recursos de aprendizaje a disposición de la comunidad médica.
** Puedes leer el artículo del WEF sobre el impacto de la inteligencia colectiva sobre la gestión de la crisis del coronavirus en este enlace.
** La conferencia de Pilar Roch está abierta al público hasta el 20 de abril.
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