11 de marzo de 2014. La inspiración puede aparecer en el momento menos pensado. En la ducha, cuando sales a correr o durante el café… pero también puedes ayudar a que la predisposición sea mayor. En un museo o una galería de arte, por ejemplo, será fácil que la mente esté más receptiva. De repente, en el momento en el que pones en contexto una obra o una escultura o simplemente disfrutas de un cuadro, te liberas y se te ocurren nuevas maneras de enfocar cosas de tu día a día. De manera que la creatividad aflora. Un primer consejo, por tanto: reserva tiempo para actividades culturales. Desde el punto de vista de la empresa, esto se puede fomentar con actividades lúdicas, donde los empleados puedan colaborar en entornos más informales y a la vez estrechar lazos, pero también dar rienda suelta a su creatividad. De modo que reservar tiempo para actividades culturales, también desde la empresa, pueda sorprender y fomente la inspiración. Como empresa, el consejo es reservar un espacio donde los empleados puedan compartir, del estilo al que proporciona el
innovation agora. Cuando dispones de una red social donde los empleados puedan compartir sus ideas, contribuyes a que el trabajador se sienta parte de un todo. Y en todo caso, si el empleado tiene un sitio donde compartir sus ideas, esa inspiración, con enfoque suyo, y luego el de sus compañeros, encuentra alfombra roja para que redunde en iniciativas concretas de innovación. Ideas llevadas a la práctica con nuevas maneras de resolver.
_ Ideas: cuando las escribes o dibujas tomas conciencia de su forma. A veces, durante la rutina, surgen las ideas. En el metro, en el autobús, en la cola del súper… plasmarlas permite ver el alcance que tienen. Es cuando uno escribe y desarrolla la idea que tiene cuando descubre su alcance.