¿Es el crowdsourcing un fenómeno reciente?¿Acaso recursos como los focus group, anteriores a la revolución digital, no eran ya una forma previa de crowdsourcing con la que hallar nuevos productos junto a los consumidores?
Más allá de las posibles respuestas, lo cierto es que todo término con el prefijo crowd parece ser tendencia. Y es que, como señala un artículo publicado en Entrepreneur, ha sido precisamente la tecnología quien ha permitido dar una vuelta de tuerca a la posibilidad de preguntar a nuestros clientes.
1.000 puntos de vista valen más que 10 a la hora de crear productos universales.
Si antes este era un proceso caro y tedioso, a día de hoy las plataformas digitales permiten implicar a grandes audiencias de consumidores (segmentados o no) desde cualquier lugar del globo, en tiempo real y con gran facilidad de acceso.
¿Qué ventajas tiene este modelo de masas?
Quizá una de las más significativas es la de conseguir productos universales, pues resumen apetencias y necesidades de grandes audiencias.
Además, estos son otros de sus beneficios:
Obtener opiniones con validez y adelantadas a su tiempo: por ejemplo, de un producto de forma previa a su lanzamiento. Ese testeo que en un focus group realizaba un pequeño grupo de personas lo lleva ahora a cabo toda una masa de consumidores. Quizá 10 opiniones negativas puedan no ser representativas, pero 1.000 sí pueden ir bien encaminadas y resumir el sentir general sobre el posible fracaso de un producto. Con este test previo, las marcas pueden evitar más de un tropezón.
El uso del crowdsourcing en el desarrollo de productos, por su naturaleza masiva, permite obtener opiniones fundamentadas sobre posibles fracasos comerciales.
Mejorar el presente de forma continuada: la oferta de un producto no termina con su lanzamiento, sino que es susceptible de ser mejorada. Practicar el crowdsourcing con consumidores permite recabar de forma continuada nuevas propuestas con las que conseguir productos más afinados. También es una excelente herramienta de marketing para dar a conocerlos y ofrecer una imagen transparente y democrática de una marca.
Aprovechar la dualidad empleado-consumidor: ¿no parece lógico que una marca implique a sus empleados en la creación de un producto? A fin de cuentas, éstos son también consumidores y conocen además mejor que nadie lo que la marca para la que trabajan ofrece. Preguntar a los empleados es una de las más efectivas fórmulas de crowdsourcing.
Co-crear con personas diversas dentro y fuera de la organización permite que las marcas recaben ideas más diversas, provenientes de distintos tipos de talento e inteligencias (o del trabajo conjunto de ellas). Un problema puede tener más de una solución, y a mayor número de puntos de vista mayores son también las opciones para su resolución.
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Conoce cómo puedes impulsar la cocreación de productos previamente validados por tu mercado.
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