¿Por qué co-crear con clientes? Numerosos estudios revelan que cerca de la mitad de los productos lanzados al mercado fracasan. En este sentido, la co-creación con clientes es una estrategia muy útil para reducir esta cifra, ya que permite conocer las necesidades e inquietudes de los consumidores, hasta tal punto que estos participan de forma real en la creación de aquellos productos que desean consumir. Por todo esto, co-crear con clientes no significa únicamente abrir una ventana a su participación. Detrás, tiene que existir una coherencia y un orden.
La diversidad y el pensamiento disruptivo son algunos de los principales beneficios que obtiene una compañía al abrirse a grandes audiencias. Pero, hay que tener en cuenta que, para poder extraer lo mejor de la ‘sabiduría de las masas’ (wisdom of crowds), es necesario saber orientar el debate y las aportaciones de los participantes. Se trata, en definitiva, de que el crowd, a la hora de aportar ideas, lo haga con sentido y de tal manera que éstas se alineen con los objetivos marcados en la comunidad.
La tecnología ha facilitado a las marcas nuevas herramientas para comunicarse y conocer a sus consumidores.
Descarga aquí la historia de éxito de Vicky Foods en co-creación.
¿Cómo impulsar un proceso de este tipo con mis clientes?
Antes de ‘lanzarse’ a la co-creación, es necesario, al menos, determinar tres aspectos:
1. Elegir el canal donde desarrollar el proceso de co-creación.
2. Elegir a los participantes.
3. Determinar los objetivos a alcanzar.
Para seleccionar a la masa participante, hay que plantearse las siguientes preguntas básicas: qué buscamos con la co-creación (resolver retos a través del talento externo, conocer hábitos de consumo, reforzar el engagement…); quién es parte del proceso de co-creación; cómo participa en el mismo; y por qué lo hace (cuál es su motivación).
En cuanto al canal, las comunidades de innovación abierta se han convertido en un punto de encuentro digital entre marcas y grandes audiencias para co-crear propuestas. A continuación, se resumen algunos puntos a considerar para que el proceso de co-creación a través de una comunidad de innovación sea exitoso:
– Comunicar.
La comunicación dentro de la comunidad debe estar enfocada a transmitir a los participantes qué objetivos se persiguen y orientar sus aportaciones. El lenguaje utilizado tiene que ser simple y claro, entendible para toda la audiencia. Los mensajes deben ser siempre inteligibles.
También es fundamental trabajar la comunicación en canales ajenos a la comunidad, para fomentar la participación en la misma. En cualquier caso, tiene que existir una voluntad integradora, y para ello es clave la comunicación inclusiva.
–Medir.
La comunicación no sirve de nada si no se miden los resultados alcanzados con cada acción. Esto es imprescindible para detectar las tendencias de la comunidad y saber qué es efectivo y qué no.
-Cuidar la imagen corporativa.
Al estar abiertas a grandes audiencias, estas comunidades son un escaparate visible de la reputación de la organización. Por esto, los mensajes que se transmitan deben ser sólidos y estar alineados con la estrategia. Asimismo, estas comunidades requieren cierta regulación para evitar conductas inapropiadas por parte de los usuarios.
-Estimular la participación.
Los concursos son uno de los recursos básicos para fomentar la participación de los usuarios. Igualmente, es importante establecer mecanismos de recompensa para los participantes, que pueden ser premios materiales, productos físicos o la oferta de vivir experiencias ligadas a la marca, o, por ejemplo, el reconocimiento público en la comunidad de su actividad y logros.
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