No quieren un horario fijo ni estar atados a una mesa de oficina. Los millenials reclaman trabajar en remoto o poder interrumpir su jornada a media mañana para escaparse una hora al gimnasio y recuperarla después.
Para muchas compañías pueden parecer demandas con difícil acomodo, pero lo cierto es que los nacidos después de 1985 representan ya a la mitad de trabajadores en activo a nivel mundial. Y también lo es que un 25% de ellos quieren cambiar de trabajo.
Son además un colectivo muy demandado por las empresas por su condición de nativos digitales y su natural agilidad y entendimiento del nuevo entorno tecnológico.
¿Y si todos los asistentes a un partido de la Super Bowl trabajaran con una marca? El crowdsourcing lo hace posible.
Ahora bien, ¿cómo reclutar su talento?¿cómo seducirles?¿han de estar necesariamente en nómina y sometidos a una jornada fija?¿pueden establecer otro tipo de relación, no necesariamente contractual, con una empresa?.
Las compañías también pueden incorporar su mirada de forma externa, mediante recursos como el crowdsourcing. De hecho cada vez son más, según publica la consultora Deloitte, las compañías que se sirven de comunidades online para colaborar con millenials “a demanda”.
De manera efectiva -porque reconozcámoslo, no siempre los mejores trabajan para uno-, ágil -a través de comunidades dinámicas- y barata -porque recurren puntualmente a un elemento de talento externo que además a veces es voluntario-.
Una manera de colaborar que además brinda una visión global: estas comunidades atraen a grandes audiencias y suponen por ello un válido termómetro de sus demandas y necesidades.
Y por si fuera poco, su flexibilidad permite configurar qué partes del negocio se someten a la cocreación de las masas. Así, muchas compañías dejan su core de operaciones y estrategia en manos de su talento interno y abren otros aspectos a procesos de crowdsourcing.
¿Este nuevo marco de relaciones responde a una voluntad de las empresas de recortar gastos y plantilla?. A veces sí, pero no necesariamente siempre. Es más, algunas de estas comunidades ofrecen a sus usuarios recompensas por sus ideas y participación que muchas veces superan de largo a una nómina anual.
Pero además, contar con más mentes pensantes no es su único objetivo. La cocreación con clientes también otorga otro tipo de beneficios, en la fidelización de los propios consumidores o como una potente herramienta de marketing.
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